Ay la hamburguesa. Antaño un producto que se tomaba en cualquier cadena de comida rápida a un precio bastante reducido o en los ventanales del Orzán cuando estabas de farra y a las 4 de la mañana el estomago te pedía algo más que ron con coca cola.
¿Que está pasando ahora que no solo se han convertido en artículo de lujo?. Que si pan a la cerveza guinnes, que si black angus, wagyu... todo esto está muy simpático sobre el papel pero ¿realmente merece la pena?
Dejándome llevar por la curiosidad acudí hace tiempo con unos amigos a comerme una de estas "fashion burguers" al local Peggy Sue. Lo primero que ya te deja como un poco alucinando son los precios; ternera, pollo o pollo a la plancha, 6,95€, la famosa Black Angus (200 gr) 9,95€ o solomillo por 15,95€ !!!!
Nos lanzamos a la opción barata (que por cierto, las patatas las cobraban a parte, ahora creo que cambiaron eso), elegimos la bebida y ... ay madre mía, ¿que nos encontramos?
Lo mas barato es el agua... 1,70€... pero si vamos a opciones más clásicas como una coca cola vemos con sorpresa que vale 2,70€!!!!!!!!!!!. La coña de todo esto es que te cobran lo mismo por una normal que por una de importación estilo Vainilla o Mountain Dew.
Después de todo esto, será que mi paladar no entiende mucho pero a mi me sabe igual que una hamburguesa del ghastoff solo que con un pan un poco más decente.
Y después de la "sabrosona" hamburguesa habrá que lanzarse a un postre ¿no? ... pues vistos los precios (4,25€) casi que pago ya y me tomo el café en el bar de enfrente.
En resumen, una hamburguesa sin patatas y un refresco normal: 9,65€. Teniendo en cuenta que en cualquier bar normal por ese precio tienes primer y segundo plato, pan, bebida y postre y una hamburguesa completa no suele llegar a los 4 euros, casi que yo me bajo de esta moda.